jueves, 24 de noviembre de 2011

Darwin y la teoría de la evolución (ejercicio 4, tema 2)

Darwin revolucionó la ciencia y el modo de pensar de su época con una idea que parecía hasta entonces descabellada: los seres vivos evolucionan. No han sido creados siguiendo un modelo o patrón determinado ni se mantienen siempre igual, como se afirmaba; sino que las especies actuales eran fruto de un largo proceso de pequeños cambios ocurridos en individuos concretos, casi siempre por azar, y con el objetivo de adaptarse al medio.

La evolución de los seres vivos ya había sido planteada antes por Lamarck. Fue rechazada inmediatamente, y lo cierto es que se equivocaba en gran parte. Pero ya había sentado una idea importante, y era que los seres vivos tenían modificaciones, y que podían generarse nuevas especies a partir de otras anteriores. Lamarck afirmaba que los seres vivos se adaptaban al medio durante su vida y para ello adquirían unos determinados caracteres: si una jirafa se pasaba toda su vida estirando el cuello para alcanzar las copas de los árboles, es inevitable que al final su cuello acabe algo más largo de lo que lo tenía en un principio. Pero Lamarck se equivocó en algo fundamental: en que esos caracteres se transmitían a la descendencia, y era así como cambiaban las especies.

Darwin proponía otro sistema más sencillo, en gran parte. No podemos influir en nuestra genética, pero ésta sí nos hace diferentes a unos individuos de otros. Estas pequeñas variaciones pueden hacer, en un momento dado, que algunos seres vivos se adapten mejor al medio en el que viven que otros.
Para entender mejor esto, hay que conocer una de las teorías en las que se apoyó Darwin: la de Malthus. Malthus sostenía que la población de seres humanos, y perfectamente aplicable a la de cualquier especie, crecía a un ritmo mucho mayor del que lo hacían los recursos. Es decir, que si nada frenaba esa expansión de la especie, llegaría un momento en que no habría recursos para satisfacer a todos y sería algo insostenible. Y es más, esto ocurriría con mucha rapidez.

Tenía que haber algún modo, por tanto, de controlar esto. Si no hay recursos suficientes para alimentar a todos, se produciría entonces una “lucha” entre los individuos para tratar de conseguirlos. Es evidente que quién mejor adaptado estuviera mejor sobreviviría, y mejor también se reproduciría. Esto es lo que llamó Darwin selección natural. Con el paso del tiempo, los que tuvieran esas características que les permitiera adaptarse mejor serían los que más descendencia dejarían y los otros, poco a poco, se irían extinguiendo. Así se podría observar como la especie va cambiando, va evolucionando. 

Resumiendo, la evolución se debe a tres factores: la superpoblación, el tiempo y sobre todo la variabilidad de los seres vivos, debido a su genética. 




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