El principio de precaución está regulado por ley. En el artículo 191 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea se establece que se recurrirá a dicho principio si aparece un riesgo, tanto medioambiental como para la salud humana, o vegetal o animal, que, aunque está identificado por la ciencia, ésta no puede dar datos exactos sobre la veracidad del peligro o sus causas.
Un ejemplo de como es aplicado el principio de precaución lo encontramos en las medidas tomadas a nivel internacional para reducir las emisiones de gases invernaderos, especialmente el dióxido de carbono (por ejemplo, con el Protocolo de Kioto), aunque no se haya demostrado que sean éstos los causantes del aumento de la temperatura. Tan solo se sospecha, pero el peligro de estar en lo cierto es tan alto que compensa tomar medidas incluso si nos equivocamos.
Considero que este principio ha supuesto un gran paso para evitar posibles daños por pasividad o no haber sabido detectarlos a tiempo. Por otra parte, las medidas que se toman nunca van a ser negativas; es decir, si reducimos la emisión de CO2, esto tiene un efecto positivo, incluso si no es el responsable del calentamiento global. Hay que actuar ahora que estamos a tiempo, para no tener que oir eso de "ya lo dijimos" cuando ya el problema no tenga solución.
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