miércoles, 7 de marzo de 2012

El diagnóstico tecnológico (ejercicio 1, tema 4)

Diagnosticar consiste en identificar una enfermedad o un trastorno. Es evidente que el diagnóstico es uno de los principales métodos para conservar la salud y luchar contra enfermedades. Es la práctica que nos permite saber, con más o menos exactitud, a qué se enfrenta el organismo, y a partir de ahí, cómo se debe actuar. Cuánto más preciso sea el diagnóstico, mayor fiabilidad tendrá y podremos conocer mejor la enfermedad. Es por ello por lo que la ciencia y la tecnología han avanzado a gran velocidad en los métodos de diagnóstico.

Algunos de los más utilizados son:

Rayos X.


Tienen este nombre porque su descubridor, Wilhelm Conrad Roentgen,al no saber exactamente qué naturaleza tenían aquellas radiaciones capaces de atravesar sustancias y dejar constancia de ello en una placa fotográfica, le designó la letra que en matemáticas se usa ante un término desconocido de una ecuación. Roentgen estaba trabajando con rayos catódicos; era aficionado a la fotografía, y guardaba unas placas fotográficas en un cajón justo debajo del tubo catódico. Estas aparecían veladas, y se preguntó por qué. Quizá tenía algo que ver con la radiación emitida por esos rayos catódicos. A partir de ese momento, se dedicó a investigar este hecho, descubriendo que un rayo, al que denominó X, era el causante de velar dichas placas. Hace una prueba con la mano de su mujer, y descubre cómo este rayo atraviesa ciertos tejidos, mientras que otros no; el resultado es una radiografía, una imagen en la que queda reflejada la silueta de la mano.
Radiografía de la mano de la mujer de Roentgen.

Inmediatamente se da cuenta del alcance de su descubrimiento  (año 1895). Tras publicarlo, se extiende y su éxito quedó comprobado. ¿Pero qué son los rayos X? Pues son ondas electromagnéticas, similares a las ondas de radio, de microondas o los rayos gamma. Lo que diferencia a todas las anteriores es, básicamente, su frecuencia. Los rayos X tienen una potencia que les permite atravesar ciertos tejidos blandos, pero no aquellos más duros, como los huesos. Si estos rayos inciden sobre un material sensible a ellos, como por ejemplo una placa fotográfica, el rayo crea una mancha oscura. Así, si colocamos un cuerpo entre la zona de emisión de rayos y la placa sensible, quedará reflejada en esta la silueta de los tejidos más duros.Es decir, se formará una mancha negra si consigue atravesar el cuerpo (tejidos blandos) y quedará en blanco aquellas partes que no ha conseguido atravesar. De esta forma se consigue observar el interior del organismo, atendiendo a ciertos tejidos, principalmente el esquelético.

Tomografía axial computerizada (TAC)


El funcionamiento es el mismo que el de las radiografías. Se usan también rayos X para observar el interior del organismo, pero en esta ocasión se aplican alrededor de todo el cuerpo, en sus 360 grados, garantizando la total cobertura de éste. Además, se realizan "fotografías" cada pocos milímetros de la piel. Es decir, un ordenador va registrando la sombra reflejada por estos rayos X, al igual que en las radiografías, pero deteniéndose cada poca distancia. Es como si hiciéramos un corte transversal del cuerpo y pudiéramos observarlo. Es muy útil para estudiar zonas del cuerpo que se encuentran tras tejidos densos, como en el caso del encéfalo, y que en una radiografía normal los rayos X no lo atravesarían y no quedaría por tanto reflejado.
Gracias a este sistema, se pueden tomar tomografías de muchos sistemas del cuerpo, así como también es posible realizar colonoscopias sin necesidad de recurrir al método tradicional.



Resonancia magnética.


Es un método complejo, que combina la física y la química. Cada protón de nuestro organismo (nuestro cuerpo está formado por agua en un 60-70 %, molécula formada por un solo protón y un solo electrón) tiene un doble movimiento de giro, uno sobre sí mismo, denominado espín, y otro sobre un eje, denominado movimiento de precesión. La dirección de estos movimientos es aleatoria en condiciones normales, es decir, los diferentes protones giran en distintas direcciones. Sin embargo, si se le aplica un campo magnético, mediante ondas de radio, se puede lograr que todos los protones se coloquen en la misma dirección, debido a que se incrementa su energía. Al dejar de aplicar estas ondas, los protones vuelven a su posición inicial; al hacerlo, liberan unas ondas que son captadas por un ordenador. Estas ondas dependen del tiempo de relajación de los protones, es decir, del tiempo que han tardado en recuperar la dirección que tenían. Este tiempo varía de un tejido a otro. De esta forma, el ordenador crea un gráfico o imagen en la que quedan reflejados los distintos tipos de protones o, en otras palabras, los distintos tipos de tejidos.


Aunque hay más, estos son los principales métodos para la detección de enfermedades o anomalías. Gracias a la tecnología, es posible diagnosticar yendo más allá de los síntomas externos. Ahora es posible asomarse al interior de las personas. 


La diabetes (ejercicio 4, tema 4)

La diabetes, de forma simple, es un trastorno metabólico producido por un alto índice de glucosa en la sangre. Esto se debe a que hay una anomalía respecto a la insulina que produce el organismo.
Seguramente hemos oído esto muchas veces, pero para comprender qué es esta enfermedad debemos conocer primero otros conceptos, para saber a qué se debe esta alteración y las posibles causas. 

La glucosa es un monosacárido (azúcar), que constituye la principal fuente de energía para el organismo. En el páncreas, concretamente en las células de los Islotes de Langerhans, se secreta una hormona, denominada insulina. Esta sustancia interviene en el metabolismo de los nutrientes. Entre otras funciones, estimula la incorporación de la glucosa desde la sangre hasta las células. Se produce cuando el nivel de glucosa en la sangre es alto, para intentar guardar un equilibrio que no resulte perjudicial para el organismo. Así, la glucosa pasa a las diferentes células, que la utilizarán para producir energía, en un proceso denominada glucólisis. 
Como hemos dicho, en un funcionamiento normal del organismo la insulina es liberada cuando hay demasiada glucosa en sangre. Sin embargo, en ocasiones hay alteraciones que provocan que este nivel alto sea "permanente", o difícil de regular. Es entonces cuando hablamos de diabetes, que puede estar provocada por varias causas:
- Un déficit en la producción de insulina. El páncreas produce poca, o directamente no produce, con lo que la glucosa se acumula en la sangre, ya que no hay nada que la estimule a pasar a las células. 
- Las células del cuerpo no asimilan bien la insulina. Los receptores que tienen para captarla y favorecer la entrada de la glucosa están alterados, por lo que la glucosa tampoco se incorpora a ellas de forma normal y se acumula. 

En ocasiones se pueden dar las dos causas. 
Cada célula de nuestro cuerpo necesita azúcar para energía. La insulina ayuda al azúcar de entrar en las células.
Funcionamiento de la insulina

Dependiendo de estas, se establece una clasificación de la diabetes. 
Se dice que es diabetes de tipo 1 si la alteración está en la destrucción de unas células de los Islotes de Langerhans del pancreas, y que tiene como consecuencia la baja o nula producción de insulina. Normalmente se detecta en personas jóvenes. El tratamiento consiste en la aplicación de una dosis de insulina externa, para compensar la carencia de ésta. También es posible realizar una operación, mediante la que se transplantan células del islote de Langerhans sanas al páncreas de una persona diabética. Si se realiza con éxito, el resultado será que el individuo comenzará a producir insulina de forma normal. 
Esta diabetes afecta alrededor de unos 5 millones de personas en todo el mundo.

El segundo tipo es la diabetes de tipo 2. Es el más común de todos, y se relaciona con la obesidad. Normalmente se padece a partir de la edad adulta. Está causado por un desajuste fisiológico. En este caso, el cuerpo sí produce insulina, pero no la puede aprovechar, debido a que los receptores de las células no la asimilan. Se produce lo que se denomina como resistencia a la insulina. Como aquí el problema no es la falta de la hormona insulina, el tratamiento no se encarga de suministrar esta al cuerpo, como en el tipo 1. Para tratarla, principalmente se adopta una dieta adecuada y un programa de ejercicio físico, con lo que se busca aumentar el metabolismo celular para evitar la acumulación de la glucosa. También existen medicamentos específicos para ayudar a mantener los niveles. 

Estimación de la evolución de la diabetes en España. 


La diabetes es una de las enfermedades más extendidas por todo el mundo. En América la sufren unos 33 millones de personas; 7 en África, 15 en Oriente Medio, 33 en Europa y 82 en Asia y Australia. Además, es una cifra que tiende a aumentar, debido principalmente a los malos hábitos de las sociedades avanzadas, que registran un alto índice de obesidad, tanto adulta como infantil, que es uno de los principales causantes de la diabetes del tipo 2. Aún así, los avances científicos hacen que esta enfermedad sea cada vez menos grave, y los enfermos sean más independientes, si bien no deja de ser una enfermedad crónica. 

martes, 6 de marzo de 2012

Medicinas alternativas (ejercicio 5, tema 4)

¿Qué es una medicina alternativa? Todos hemos oído hablar de ellas; incluso parecen seguir "modas", periodos en los que resurgen (la mayoría tiene muchos años de historia), y se presenta como un método nuevo y eficaz de curación de múltiples trastornos.

Una medicina alternativa se define como cualquier tratamiento o práctica de curación que asegura ser eficaz ante determinados síntomas, pero cuya veracidad no ha sido demostrada. No sigue, pues, el camino del método científico de comprobación. Así, no se sabe si son seguras ni fiables, y por lo tanto, no se pueden considerar medicinas propiamente dichas. Son consideradas en muchos casos como ejemplos de pseudociencia.


Se pueden usar conjuntamente con la medicina convencional; en ese caso, se las denomina medicinas complementarias. La mayoría de ellas consideran que la persona está en continua interacción con el entorno, e incluyen aspectos físicos, espirituales, mentales, emocionales...

A continuación tres ejemplos de algunas de las más extendidas, aunque son muchas las medicinas alternativas existentes, la mayoría de ellas variantes unas de otras:

Acupuntura
Está basada en la medicina tradicional china. Consiste en la utilización de agujas muy finas, que se usan para estimular unos puntos específicos del cuerpo. Según esta medicina, de más de 2500 años de antigüedad, el cuerpo humano es un sistema de flujos de energía. Los puntos sobre los que actúan las agujas quedarían dentro de estas "líneas" de energía. Lo que se intenta es equilibrar todas estas, considerando que así se alcanzará el estado ideal para el organismo.


Es cierto que la acupuntura tiene efectos positivos sobre el organismo. Aunque no está comprobado al cien por cien, se cree que actúa sobre el sistema nervioso, haciendo que este produzca sustancias analgésicas (principalmente endorfinas), que funcionan contra el dolor.  La acupuntura ha demostrado su eficacia para controlar malestares y vómitos postoperatorios y los provocados por la quimioterapia, entre otros.

Aunque lo anterior es cierto, no se debe a ningún poder milagroso de la acupuntura. El organismo tiene muchas maneras de liberar endorfinas, y bastante comunes, tales como hacer ejercicio. Así, aunque la acupuntura sea eficaz contra ciertos síntomas, no cura enfermedades, como muchos afirman, ni tampoco ayudan a dejar de fumar o adelgazar (que son algunos de los reclamos más comunes).

Homeopatía
Es un tratamiento que tiene como principal premisa que "lo similar cura lo similar". Esto quiere decir que, tomando ciertas sustancias que provocan los mismos síntomas que la enfermedad que se padece, esta podría llegar a curarse. Para ello, se diluye en agua una sustancia química que, a altas dosis causaría los mismos "males" que la enfermedad contra la que se está tratando. Al parecer, al reducir la dosis de estos medicamentos homeópaticos, se irían reduciendo al mismo tiempo los síntomas. Todo esto nace de una filosofía que considera que no existen enfermedades como tal, sino simplemente sus síntomas, por lo que es a estos a los que hay que combatir.

No hay ningún argumento que avale la eficacia de esta práctica. La sustancia química está tan diluida, que lo que se ingiera es simplemente agua. Además, la teoría de combatir algo con otra cosa semejante no se sostiene científicamente. ¿Por qué tiene entonces tanto éxito? La respuesta es un posible efecto placebo.


Osteopatía
La ostepoatía se fundamenta en que el cuerpo es una unidad, y todas sus órganos están relacionados. Así, los trastornos de ciertas partes del organismo pueden afectar a otras. Se trata de recuperar "el equilibrio" del cuerpo, mediante prácticas o tratamientos físicos, como  masajes. Lo que persiguen es tratar síntomas o dolencias internas, tratando los aparatos musculoso y esquelético, sin necesidad de un diagnóstico más profundo sobre las causas de esta.

Puede resultar beneficioso contra pérdida de movilidad externa o ciertas dolencias relacionadas con los músculos.

Lo que no es cierto es que trate enfermedades internas. Tampoco es verdad que el cuerpo sea una unidad, cuyas partes están interrelacionadas entre sí. Es hasta absurdo pensar que trabajando la musculatura podamos curar enfermedades que, por ejemplo, hayan sido causadas por infecciones. Por lo tanto,la osteopatía no funciona, más allá de lo citado anteriormente.

Funcionen o no, estas terapias tienen una gran aceptación entre las personas, y un porcentaje alto de la ciudadanía acude a este tipo de medicina. Por ejemplo, según estudios de la Organización Mundial de la Salud, al menos un 70% de población utiliza medicina alternativa en Canadá; un 42 % en Francia, un 31 % en EEUU...El índice se dispara si hablamos de países de África, donde en torno a un 80 % de la población las utiliza; y en China representan el 40 % de la atención sanitaria (algunas de ellas, como la acupuntura, están incluidas en el sistema público de salud).

En la ciencia nunca se puede dar nada por seguro. Lo que hoy es considerado casi brujería, podría en el futuro demostrar su eficacia científicamente, de forma que nos preguntemos cómo no lo hemos visto antes. Sin embargo, esto no significa que haya que dar todo por válido porque es posible que funcione, o porque en ciertos casos funcionó. No hay que olvidar que, en muchos casos, lo que hace a las medicinas alternativas lograr éxitos es el llamado efecto placebo. Este efecto ha sido estudiado por la psicología, y dice, simplificándolo, que si un paciente está convencido de que puede curarse, se curará. Parece que afecta a un área del cerebro, haciendo que el paciente pueda autoinfluenciarse. Se han logrado resultados increíbles, en los que mediante este efecto se lograba casi la eliminación de la totalidad de los síntomas. Esto es siempre relativo, claro. No funciona igual en todos los pacientes, y sobre todo no sirve para todas las enfermedades. Si ésta es grave, no hay efecto placebo posible. En cambio, sí puede aliviar dolencias como dolor de cabeza, mareos o náuseas, y mejorar la recuperación de ciertas enfermedades, facilitando la labor de medicamentos.

Como conclusión, diremos que las medicinas alternativas tienen ese nombre por algo: no son fiables al cien por cien. Es cierto que aún queda mucha investigación que realizar, pero no podemos dejarnos llevar por la promesa de una curación rápida, que no esté avalada científicamente. La ciencia ha avanzado a grandes pasos, y tiene bastante fiabilidad. Por lo tanto, si hay que elegir un método en el que confiar nuestra salud, lo tenemos que tener claro. Una cosa positiva es que las medicinas alternativas, si bien pueden no ser eficaces, al menos no son dañinas, por lo que se las puede utilizar como complemento sin sufrir ningún riesgo.